Según estimaciones, los precios que fijan los particulares a las viviendas que venden es, de media, un 15% mayor del que ofertan las agencias inmobiliarias en viviendas similares.
El motivo es lógico y fundamentalmente basado en dos errores habituales:
1) Desconocimiento del mercado:
Conocer el mercado no es saber a qué precio se ofertan las viviendas similares a la tuya, sino saber a qué precio final se cierran y conocer los gustos y necesidades de la demanda de vivienda actual.
2) Subjetividad sentimental:
Aprecio subjetivo de características que el comprador no aprecia, o al contrario, no ver problemas dónde un tercero comprador si los vería.
Muchos particulares deciden vender su vivienda por sí mismos para ahorrarse un 2%, y no se dan cuenta que en la mayoría de los casos estarán obligados durante la venta a bajar el precio entre un 20% y un 35%.
De la misma manera, hay muchos compradores que prefieren comprar sin la ayuda de una agencia inmobiliaria que les asesore, en esos casos, deben saber que se van a encontrar con precios muy superiores a los de mercado y con la dificultad de ser, la suya, otra opinión interesada y subjetiva, la que tenga que hacer ver al propietario sus errores.
En cualquiera de los dos casos, y no sólo por los motivos hoy comentados, a la hora de vender una vivienda o comprarla, lo mejor es ponerse en manos de profesionales cualificados.
Reflexión de Fermín Gallardo